Mi abuelo cogía estos caracolillos, después de la lluvia, por la carretera, enganchados a las matas de hinojo... mi madre los hacía en caldo pimentón... qué buenos...
Yo los he hecho con otra receta y han quedado riquísimos!!
Les dicen chupaeros porque, si están bien engañados, no necesitas ningún instrumento para sacar el gajo, simplemente se chupa.
No se acostumbran a ver por aquí, pero el otro día en la pescadería tenían mallitas de medio quilo y mi pepito grillo interior me dijo que los comprara.
Los lavé con agua y sal, tampoco demasiado como los grandes, porque estos no suelen estar tan sucios. Los puse en una cazuela amplia cubiertos de agua fría y a fuego muy lento para que vayan saliendo confiados... pobrecicos...
Una vez ví que estaban muertos, cambié el agua, y añadí un tomate entero, un pimiento verde entero, una hoja de laurel, un chorrito de aceite de oliva virgen extra, sal y dos guindillas. Cocieron durante 30 minutos.
El tomate y el pimiento se trituran y se añaden al caldo. La hoja de laurel y las guindillas las quité, ya habían hecho su trabajo...
Mientras hice un majado con ajo y perejil, una cucharadita de comino y dos cucharadas de almendras crudas y sal.
Añadí el majado y dejé cocer 10 minutos más.
Se sirven en vaso y calientes.
Así quedaron después de bien chuperreteaos!! ah!! y el caldo buenísimo!!!!
Sin probarlos ya me parecen muy ricos, vaya tentación has puesto!!
ResponderEliminarBesos.